Del cuento breve y sus alrededores · Cortázar · Nota de Lectura

En este ensayo Cortázar desarrolla algunas ideas en cuánto al proceso de creación de un cuento contemporáneo.
Particularmente me gustó mucho la observación que hace el autor sobre la forma previa del cuento. Primero es como una "masa amorfa", medio indefinida pero en donde igualmente está contenido el sentido del relato, por más que al principio no esté del todo claro. A medida que empezamos a escribir, eso que estamos escribiendo comienza a tomar forma. La forma se ve generando a medida que escribimos, como en el mismo acto de pintar: "la masa negra se aclara a medida que se avanza (...) como si el cuento ya estuviera escrito".
Al principio hay una idea, una necesidad de exteriorizar algo que luego, en algún momento, se vuelve autónomo a quien lo escribe. Esa creación ya no pertenece más quién la ha creado, ahora es de alguna forma independiente, un organismo vivo, que le permitirá creer a quién lo lea que ha nacido de sí mismo. Paradójicamente, aunque el cuento se vuelva en cierto punto independiente, no creo que pueda ser completamente ajeno a quién lo escribe. Siempre una huella, una marca propia queda inscrita en ese relato. Es como si nos desprendiésemos de un pedacito de nosotros pero que, a partir de ese momento, también le pertenecerá a otros. Por esto, creo yo, que el autor menciona la importancia de que quien escribe no tome distancia del cuento, que no se coloque en las periferias, si no dentro del mismo.
Por otro lado el autor habla de que un cuento puede surgir de cualquier cosa, de un hecho inusual como también de lo cotidiano, y puede surgirle a cualquiera, en cualquier momento la necesidad imperiosa de escribirlo y aunque no sepamos bien de que va, el cuento ya está ahí.
Cortázar habla del cuento como algo emancipado de quien lo crea. El cuento tiene vida propia y aquí surge la idea del "puente". De un lado está quién lo escribe y del otro lado el cuento y en el medio el camino que une ambos.
El autor también hace una observación sobre los cuentos fantásticos y la importancia de que justamente lo "fantástico" no invada ni plague todo el relato. Se puede construir un relato de este tipo donde lo habitual y lo fantástico se yuxtapongan, y en ese todo homogéneo, se condensa la receta perfecta.
Me quedo pensando en este interrogante que plantea Cortázar: "¿Se sueña despierto al escribir un cuento?". Yo creo que un poco sí. A veces se trata de "cerrar los ojos" y darle rienda suelta al inconsciente, a la imaginación y a aquello que necesitamos sacar afuera.
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